Cuando hablamos de innovación tecnológica, es hablar de nuevos productos en el mercado. Básicamente es la renovación y la ampliación de nuevos procesos, productos y servicios.
En la actualidad, no solo esperamos constantemente la innovación, sino que la demandamos sin piedad. Los cambios son necesarios según las organizaciones y la sociedad; y no estamos en contra de ello, más bien estamos a favor de un buen avance, que no solo nos lleve a obtener beneficios económicos, sino que nuestro conocimiento acerca de cierto tema, se expanda y así podamos ofertar un mejor servicio y/o producto. La competencia capitalista se ha desplazado hacia un objetivo mayor, que son las capacidades tecnológicas determinantes en el desempeño de empresas y países.
La innovación tecnológica no está restringida a ideas revolucionarias, de hecho, es el elemento clave para su crecimiento. De esta manera podemos distinguirnos como competitivos. En el mundo empresarial es esencial mostrarse así para poder sobresalir.
Algunos autores distinguidos mencionan que la competitividad es la habilidad que se tiene para innovar y mejorar constantemente, por lo que claramente la innovación tecnológica está obligada a ser diferente ante una sociedad altamente demandante.
El impulso hacia una cultura de innovación tecnológica
Según estudios, mencionan que el 94% de los líderes digitales aseguran que existen nuevos caminos que están redefiniendo las formas de trabajo. Las empresas se están adaptando a un nuevo modelo de prácticas. Es mayormente valorado el trabajo en equipo ligado al aseguramiento de obtener un amplio impulso sobre la innovación tecnológica; esto en el sentido de mejoras y practicidad. El grado de esfuerzo que se presenta en la innovación tecnológica, impacta directamente a la macroeconomía, a través de distintos modelos que actúan como factores endógenos como el capital humano y el esfuerzo individual.
Ciertamente, la sociedad ha vivido cambios fuertes en la actualidad y gracias a ello es que la demanda de ciertos servicios se han vuelto primicia, asfixiando a las mentes creativas y bastante activas para evolucionar. No se toma la asfixia como término negativo, más bien es de manera impulsora. Aplicar métodos asertivos, ayudan a que las ideas revolucionarias no suenen como subversivas, al contrario, su meta es que sea muy atractivo y funcional.
Dirigirnos hacia una cultura de innovación tecnológica, es ir más allá de lo ordinario, es dialogar sobre las nuevas adaptaciones centradas en un mejor futuro. Hoy las empresas no solo se enfrentan con problemas económicos debido a la pandemia, sino que también se ven forzadas ante la necesidad acelerada por reinventarse. Es su deber crear impacto, abrir nuevos caminos que impulsen la visibilidad de negocios avanzados guiados hacia el éxito. Es considerar que la demanda y los disruptores conducen a cambios positivos.
Se tiene que reconocer que los principales causantes de este avance, además de quienes la crean, son los líderes fielmente apegados a encontrar sucesos innovadores; es así como creamos una cultura de empoderamiento y con sentido de pertenencia, la cual fomenta la creación de distintos enfoques orientados a generar un impacto positivo, enfatizando la viabilidad y estabilidad que ésta promete.
Colaboración de Alexa Infante
Comunicación en CompuSoluciones
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